El aumento a los aranceles al acero y aluminio prometido por Donald Trump ya es oficial. La cuestión ahora es ver cómo el resto del mundo responde.
Trump ha asegurado que los aranceles son una forma sencilla de restaurar la industria de Estados Unidos. Pero políticos, empresarios y naciones extranjeras han denunciado la medida, y se habla de una inminente guerra comercial.
Trump está imponiendo un arancel del 25% a las importaciones de acero y otro del 10% a las de aluminio. La medida será efectiva en 15 días.
En este momento, solo Canadá y México están exentas. Pero Trump dejó la puerta abierta a que otros países también sean exentos.
¿Qué son los aranceles?
Un arancel es un impuesto que el gobierno asigna a una clase de bienes importantes —los aranceles sobre las exportaciones son muy raros—. En teoría, esto hace que los productos extranjeros sean más caros, por lo que impulsaría a los fabricantes nacionales, que no tienen que pagar el producto. La tasa es cobrada por los funcionarios de aduanas y va al Gobierno.
¿Por qué Estados Unidos quiere poner aranceles al acero y aluminio?
El objetivo es proteger a la industria doméstica apoyando a fabricantes estadounidenses de acero y aluminio. La esperanza es que, a medida que el acero y aluminio de otros países sean más caros por los impuestos, las empresas recurrirán a los fabricantes de EE.UU.
También está pensado para abordar el vertido, o el proceso por el cual un país envía acero de sobra y barato al mercado. China es considerado un gran perpetrador de esto.
¿Qué dicen otros países?
Lo primero, ellos temen el impacto que los aranceles tendrán en sus industrias domésticas, dañando ventas y empleos. Este es el temor de Australia, por ejemplo.
Otros países también están preocupados por el mecanismo que Estados Unidos está usando para imponer los aranceles: algunos críticos dicen que la forma de proceder de Trump no sigue las normas de la Organización Mundial del Comercio y perturbaría todo el sistema de comercio mundial.
¿Cómo responderán?
Un número de países afectados y bloques políticos han sido muy claros al decir que si los aranceles les afectan, ellos responderán.
La Unión Europea, por ejemplo, dijo estar preparada para imponer aranceles a las motos Harley-Davidson, el whisky bourbon, los pantalones Levi’s, la crema de cacahuete y los arándanos.
La importante posibilidad de represalias por parte de algunos países ha creado grandes temores de una guerra comercial global.
¿Qué es una guerra comercial?
Una guerra comercial es uno de los posibles resultados del proteccionismo. Describe una situación en la que los países toman represalias contra un país que impone barreras comerciales como aranceles. Esto podría dar inicio a una serie de respuestas ‘ojo por ojo’ que escalan las tensiones internacionales.
¿Qué industrias de EE.UU. podrían estar expuestas a una guerra comercial?
Se cree que las exportaciones agrícolas de Estados Unidos, como soja, son particularmente vulnerables. Otras naciones también podrían optar por comprar aviones Airbus en lugar de Boeing.
Si China responde, podría centrarse en la electrónica, lo que dañaría a Apple, o de semiconductores, lo que perjudicaría a fabricantes de chips como Quialcomm e Intel.
¿Qué tiene que ver China en todo esto?
Mucho. De hecho, si una guerra comercial estalla ahora depende en gran parte de la reacción de China, que aún no ha mostrado sus cartas. China ha amenazado con ser dura en sus represalias, y hay una serie de industrias de EE.UU. contra las que China podría tomar represalias, si así lo desea.
¿Cómo están respondiendo los mercados financieros?
Wall Street ha estado en el borde durante una semana, lo que podría aumentar los costes para las empresas y dañar la economía del país, especialmente si otros países toman represalias.
Aún así, los inversores se sintieron aliviados por las exenciones para Canadá y México y por la posibilidad de que haya para otros socios comerciales.
¿Qué pasará ahora?
Varios socios comerciales de Estados Unidos estuvieron esperando a ver si recibían exenciones. Pero, por ahora, sólo las ha habido para México y Canadá, lo que deja atrás a países como Australia, Brasil, Corea del Norte, así como a la Unión Europea (y, claro, China).
La próxima parada es probablemente Ginebra, donde se encuentra la Organización Mundial del Comercio.
La Unión Europea dijo a principios de la semana que presentaría una queja ante la OMC, que deberá determinar si los aranceles de Trump infringen sus normas.
También existe la posibilidad de que los países eludan a la OMC, tal y como hizo la administración Trump cuando instituyó los aranceles de forma unilateral.
FUENTE:
CNN, 09 de marzo de 2018